julio 19, 2007

Impotencia

Me propuse ante la incierta vida tomar la actitud de accionar, siempre accionar: como puedo, como mejor me sale, con todo mi cuerpo, mis energías, mi ser… accionar.
Es que es el movimiento el que me provee de satisfacciones y es el mismo movimiento el que me recuerda mis capacidades y limitaciones, el que a veces me acaricia y otras me zamarrea turbulentamente.
Propuesta mi actitud, la concepción de tiempo pertinente para mi deseo se veía inexplicada.
Si parto de una concepción de tiempo en virtud de transcurrir, todo resulta como una nube gaseosa en la que flota mi energía y no avanzo. Aunque reniegue de mi, vivo aquí y lamentablemente avanzar es mi propósito. Con lo cual no me propongo durar, no puedo aprehender ningún tiempo cíclico, no puedo hacerlo aunque lo comprenda como acertado. Yo quiero trascender! Debería igualmente realizar algún movimiento introspectivo para develar que implicaría trascender en estas circunstancias.
Volviendo al tiempo, tampoco adhiero con el tiempo abstracto y fraccionado, horas minutos, segundos. Las cosas prefijadas de a fuera para delinearlas con fuego en los cuerpos capitalistas. Ese no es mi tiempo, pero por otro lado tampoco le escapo, no es una cuestión de elección.
Es que de pronto llega una capsula extraña que me retrae de lo cotidiano, me retrae pero a su vez me deja. Me hace vivir con un manto de templanza extraño, y sé que es. Lo supe y le escapé en primera instancia, quizás mi cuerpo sabio algo percibía.
Resulta que toda esa pasión desenfrenada por el accionar se paralizó en instantes y se movió en oscilaciones lentas y agradables. La música fuerte se transformó en ruido de mar y en ese instante logré durar.
No durar como ser sin sentido permitiendo que el tiempo pase, sino como una abstracción del cuerpo para estar mas allá, para sentir calma, disfrutar de una extraña paz que cierto calor y ciertos gestos me daban.
Entendí que no siempre accionar es lo mejor y que probablemente no accionar también implique actuar.
Entendí que aunque me replete de herramientas para la acción, puede llegar el momento en que las energías que me permitieron durar sean las mismas que paralicen mis movimientos.
No entendí como pero vivencio, que mis superpoderes se acaban, que la perseverancia y la intención no siempre bastan. Que hacer las cosas bien y con inmensa dulzura no implica directamente éxito.
No entendí como pero experimento, que mi cuerpo cargado de armas y herramientas para la acción hoy esta sumido en la completa impotencia de saber que es lo que desea pero sin poder tenerlo.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal