Emprender el viaje

Si alguien me preguntara como quiero vivir, supongo que una buena respuesta sería: viajando.
No es que mi persona no halle su lugar, es que de haberlo hallado igualmente necesitaría conocer otros espacios para reconfirmarse, asentarse, recrearse.
Necesito viajar porque es en viaje donde encuentro la mayor adrenalina y el mayor sentimiento de alegría.
Recorrer las calles conocidas de las grandes ciudades y los rincones perdidos de pueblos olvidados. Hablar con los sujetos que los habitan, beber sus bebidas, comer sus comidas, descubrir los nuevos olores de un territorio desconocido, las costumbres, las cualidades, los gustos, las diferencias.
Viajando encuentro mí ser en extenuante paz. Puedo caminar por horas eternas y por las mismas horas observar los paisajes más bellos, instalada yo en una extraña calma que solo la lejanía me otorga. Es que en viaje descubro que las buenas y malas personas se encuentran aquí y en el fin del mundo. Que se puede vivir triste o feliz en los lugares más hermosos y en los sitios mas olvidados.
Porque todo lo que mis ojos ven queda por siempre en mi memoria y cada recuerdo me engrandece, en un modo alocado de acumular experiencias insólitas y maravillosas. Y cada recuerdo me empequeñece, mostrándome la nada que somos en el cosmos, el simple granito de arena que soy y que solo unos pocos granitos de arena conocen.
Es que amo mi mundo pero se que existen miles… tan solo deseo recorrer algunos de esos miles para entender. Entender el porque de otras personas, las razones, las incoherencias.
Y hasta lo inentendible puede ser bello e inigualable. Desde una playa desolada, hasta una laguna congelada. Desde las mayores bellezas naturales, hasta las construcciones más elaboradas del hombre.
Viajar abre mi mente en un camino sin retorno que se plasma en mi forma de ser y de estar en este mundo. Mis maneras de pensar y sentir, de entender y de no entender nada.
Y a la distancia lo propio es más querido y necesito asiduamente subirme a la aventura para sentirme “libre”. Con la necesidad de partir y el gusto de volver. Siendo siempre una nueva persona regreso para en la cotidianeidad planear un nuevo viaje…