octubre 22, 2008

Mundo urbano

Mundo mágico éste,
Sin necesidad de viajes ni sueños.
Mundo mágico la esquina, la plaza, el paredón.

Mundo loco éste,
En búsqueda de expresar lo que se pretende esconder.
Mundo loco la calle y la ciudad.

Mundo propio éste,
El que recorro en colectivo y me enseña lo multiforme.
Mundo propio de espacio y lugar.

Mundo mío éste,
Que me da las herramientas y el veneno.
Mundo mío que amo y detesto.

Mundo nuestro éste,
De trazos anchos y líneas delgadas.
Mundo nuestro entre lo legal y la transgresión.

Y en Bs. As está mi respiración, por más aire puro que desee.
Mundo mágico este, de sentidos, colores y brillos…

octubre 09, 2008

En los brazos de la primavera

La reciente brisa tibia envuelve aquel cuerpo desnudo. Las moléculas de aire sostienen pétalos blancos y los elevan a ritmo espiralado. La figura femenina solo viste una flor naranja en sus cabellos castaños.
El manto de primavera la coloca en un colchón de hojas frescas, la mujer encoje sus piernas y estira sus brazos, se despereza placenteramente y abre sus ojos verdes, tan verdes como esmeraldas.
Flotar era la sensación antecedente, no podía realizar ninguna práctica, solo dejarse flotar, y eso la sumergía en el mayor placer que podría haber sentido anteriormente. Despojada del frío opresor de su espalda, flotaba en un canal de energía extraño.
Las compuertas cerradas herméticamente en años pasados se dejaron abrir por un rato y se hizo luz el sentimiento que a gritos pedía aflorar.
Aquella sensación reprimida por tiempo vio la luz y no pudo nunca más ser callada, aquí está. En los brazos de la primavera le llegan extrañamente las ansias del amor. Aparecen a modo nostálgico pero también esperanzador.
Nostalgia no de añorar el pasado sino de cierta melancolía de algo que en profundidad nunca tuvo. La esperanza como anhelo, de aquello que inevitablemente llegará, de aquello que tiene que llegar.
Amor, sin desearlo ni necesitarlo jamás. Cada una de las capas que recubren su coraza fueron simulando tal circunstancia. Tan profundo se escondió aquel deseo que no podía casi verlo y aquí está.
En los brazos de la primavera aquel cuerpo femenino quedó desnudo, flotando, expuesto y libre a sus propios deseos.
Entre los pétalos blancos se entrelaza una luz lila que va más allá, pareciera que un simple gesto hizo rotar el movimiento de la energía. Pareciera que seguridad y autosuficiencia pueden acompañarse de amor, de abrazo de oso.
La brisa, los pétalos y la luz violeta la elevan al cielo, postulándola como ofrenda a los reflejos de la luna. Ya entre otras luces, sus corazas desprendidas no encajan con su cuerpo, y éste a veces no sabe que hacer con su inusitada libertad, resulta extraño que amar sea el camino.
El invierno había dejado la sensación intensa de que varios nudos debían desatarse, en los brazos de la primavera brotó el anhelo tibio que con el paso del verde se convirtió en deseo.
Y el cuerpo desnudo podría sentirse vulnerable despojado de sus vestiduras, pero siente un inmenso miedo esperanzador, de que habiendo encontrado las llaves la implicancia reside en animarse a abrir de a poco una a una de las puertas.
Mira con cautela, con sus expresivos ojos verdes. Un mechón de pelo castaño resbala de la flor naranja y cae sobre su nariz, hace el gesto habitual para correr la cabellera de su rostro, mira el cielo.

Cielo oscuro, luna llena, brisa tibia, sueños nuevos, en los brazos de la primavera todo llega...